La flor del irupé: belleza acuática en los humedales

El irupé, también conocido como victoria, yrupẽ o yacaré yrupe, es una planta acuática endémica de las cuencas de los ríos Paraná y Paraguay. Pertenece al mismo género que la Victoria amazonica, la ninfácea más grande del entorno, y comparte muchas similitudes en su apariencia. Sus enormes hojas circulares flotan sobre la superficie del agua, agregando un toque de belleza a los humedales del Pantanal y los Esteros del Iberá.

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Características del irupé

El irupé es una planta acuática perenne en su hábitat natural, pero puede ser anual o bienal en climas más fríos. Tiene un rizoma sumergido que le permite fijarse al fondo de las aguas y un sistema radical fibroso de color amarillento. De este sistema brotan largos pecíolos flexibles, en los cuales se encuentran las hojas flotantes. Las hojas maduras del irupé pueden llegar a medir hasta dos metros de diámetro, son circulares, fuertes y con el margen entero. Su haz es glabro y cuenta con una capa de cutícula que repela el agua. El envés de las hojas puede presentar ocasionalmente estomas, es de color púrpura y está recubierto de aguijones multicelulares. Además, las hojas están reforzadas por debajo con tejido poroso que facilita su flotación.

La flor del irupé es una de las características más llamativas de esta planta. Tiene un capullo floral de color blanco y forma elongada, protegido por un cáliz de cuatro sépalos rosáceos. Puede llegar a medir hasta 30 cm de diámetro y tiene hasta un centenar de pétalos redondeados. La flor del irupé se abre durante la noche y desprende un aroma similar al del ananá para atraer a los insectos polinizadores. Al amanecer del tercer día, la flor se cierra y se sumerge.

Hábitat y distribución del irupé

El irupé crece en aguas calmas de los sistemas de los ríos Paraná y Paraguay. Requiere mucho sol y puede tolerar temperaturas más bajas que la Victoria amazonica. Es por esto que se cultiva con facilidad en diferentes regiones, incluso en climas templados. En estas áreas, su ciclo vital puede volverse anual o bienal. El irupé es una planta exigente en cuanto a fertilización, ya que proviene de un hábitat donde la descomposición libera nutrientes en grandes cantidades en el suelo.

la flor del irupe - Qué epoca del año florece la flor de la irupé

Cultivo del irupé

Para cultivar el irupé de forma adecuada, se recomienda disponer de estanques de buen tamaño, de hasta 6 metros de diámetro. Sin embargo, es posible obtener variedades con menos hojas si se controla la cantidad de tierra disponible para el crecimiento del sistema radical. Esta planta requiere una fertilización constante, ya que en su hábitat natural obtiene grandes cantidades de nutrientes del suelo. Se recomienda utilizar una fórmula NPK 20-20-20 en una cantidad de 2 kg por semana para plantas de gran tamaño.

En el cultivo del irupé también se han producido híbridos con la Victoria amazonica. Estos híbridos presentan características intermedias entre sus progenitores y son fértiles. Aunque los números cromosómicos de ambas especies son distintos, los resultados de los cruces son viables.

Tradición y leyendas del irupé

El irupé tiene una gran importancia en la cultura guaraní y existen varias leyendas que hablan sobre esta planta. Una de ellas cuenta la historia de Pytá y Morotí, dos amantes cuyo amor fue obstaculizado. Morotí lanzó un brazalete de oro al río Paraná y desafió a Pytá a que lo recogiera como muestra de su amor. Pytá se lanzó al río y nunca volvió a salir. Morotí, desesperada, fue en su búsqueda y logró rescatarlo de las garras de una hechicera de los ríos. Ambos se transformaron en una hermosa flor de pétalos rojos y blancos, conocida como irupé, para ofrecer su amor y belleza al entorno.

Otra leyenda cuenta la historia de Jasy Ratá, una joven india que se enamoró de la Luna. Intentó alcanzarla trepando a los árboles más altos y escalando montañas, pero finalmente se lanzó a las aguas de la laguna del yberá. Al día siguiente, la laguna se cubrió de plantas con forma de disco lunar y una hermosa flor blanca y brillante, el irupé, que llevaba en su centro hilos de sangre roja como las heridas de Jasy Ratá.

El irupé es una planta maravilloso que representa la belleza acuática de los humedales. Su presencia en los ríos Paraná y Paraguay y su importancia en la cultura guaraní hacen de esta flor una joya de la naturaleza.

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